lunes, 1 de septiembre de 2008

El Canto al Alisio


En las faldas de la Cumbre Nueva y vigilado de cerca por el Birigoyo, los vientos alisios nos regalan el frescor, la humedad, la vida.
El Alisio como si de una cascada de agua se tratase se precipita por las empinadas laderas, donde las nubes envueltas en su blanco frescor dejan la sabia del Atlántico en las agujas de los pinos, creando con ello la vida.
Una estampa habitual, que desde abajo se puede observar, es la suave brisa, acompañada de canto suave que en silencio podemos escuchar.

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